Ya son cientos las familias uruguayas que apostaron a
tener su casa de descanso entre las sierras a apenas 150 kilómetros de
Montevideo por la ruta 8 y unos 90 de Punta del Este por la panorámica
ruta 12.
Ahora un grupo empresarial local apuesta a instalar un
glamping, "un lugar parecido al camping pero con glamour", según explicó
a El País Margot Olivera, responsable de la inmobiliaria Villa Serrana.
Al respecto la empresaria señaló que sería el tercer
complejo de esas características en instalarse en América Latina y que
estará destinado al público de clase media o media alta europeo y
estadounidense.
El proyecto incluye la instalación de servicios de
primera línea internacional pero con la lógica de un camping. El
criterio es darse la posibilidad de gozar a pleno de la naturaleza pero
sin perder las comodidades del mundo moderno.
Las carpas no serán tales puesto que se instalarán
construcciones de diseño con confort y elegancia. Los baños no serán
colectivos puesto que cada "carpa" tendrá el suyo.
En ese sentido, los sobres de dormir o colchonetas
tradicionales no tendrán espacio y dejarán lugar a los cómodos sommier;
los problemas para la higiene personal desaparecerán con las duchas de
agua caliente disponibles a toda hora.
Todo lo referido a limpieza y aseo estará a cargo de
mucamas como en un hotel de primera. "No se verá ropa tendida por todas
partes", ejemplificó la empresaria Olivera.
El grupo empresarial tiene previsto invertir por lo
menos un millón de dólares en el proyecto y terminar la obra este año. A
esto se agrega la instalación que contará con una piscina ionizada al
servicio de los clientes del glamping.
La Intendencia de Lavalleja ya declaró el proyecto de interés departamental.
Placeres.
Tener una casa o un terreno en Villa Serrana es un
gusto caro para los bolsillos uruguayos. Olivera contó que comercializa
terrenos y casas desde hace ochos.
Cuando comenzó a trabajar en la zona llegó a vender lotes por US$ 1.500 que hoy valen por lo menos US$ 26.000.
Comprar una de las casas diseñadas en la década de
1940 por el venerado arquitecto Julio Vilamajó puede llegar a los US$
150.000. A ese valor hay que agregarle, con certeza, que el nuevo dueño
tendrá que hacer arreglos ya que esas casas llevan un mantenimiento
constante por el material utilizado.
Pero si el bolsillo está corto y la compra debe
posponerse el alquiler es una alternativa a tener en cuenta. Si bien hay
algunas opciones económicas de unos $ 1.000 por día, por lo general una
casa para cuatro personas se consigue por $ 2.500 por día, un valor
similar al que se cobra por una opción similar en temporada en
Piriápolis.
Alquilar también es una cuestión de suerte. Para el
fin de semana pasado quedaban dos casas disponibles y de la línea más
cara, según Olivera.
La situación se puede repetir a lo largo del año
puesto que la zona es elegida en todas las estaciones. Hay tres hoteles
pequeños que generalmente están ocupados: La Calaguala, el Ventorrillo
de la Buena Vista y el Mesón de las Cañas, donde una habitación puede
costar $ 1.900 por noche para dos personas, con desayuno incluido
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