viernes, 10 de enero de 2014

LEZZO ESTRENA PINTER: EL CUIDADOR- INVITACION

 
EL CUIDADOR
Dirigida por Agustín Alezzo
 
Creador de mundos cerrados y atmósferas enrarecidas, donde los personajes desnudan sus instintos más primitivos, el dramaturgo británico Harold Pinter escribió El Cuidador en 1959. Este clásico lo instaló definitivamente como el autor inglés más importante de la segunda mitad del siglo XX a escala mundial y en el 2005 recibió el Premio Nobel de Literatura.  
Dirigida por el consagrado Agustín Alezzo, la pieza enfrenta a un ser generoso, triste y amable, y disminuido mentalmente, con la personalidad de un desclasado quien supone tener legítimo derecho a todo aquello que se le ofrece.
Arrogante e intrigante, busca por todos los medios acceder al lugar donde cree que encontrará la ansiada seguridad. 
Algunos temas constantes en la obra de Pinter, también se hacen presentes en El Cuidador: el peligro que siempre aparece desde el exterior, transformándolo todo; la violencia a la cual estamos expuestos y a la vez ejercemos en defensa propia ante el intento de avasallamiento; el problema de la identidad y la amenaza del fascismo cotidiano.
En las situaciones campea el humor, la violencia, la ironía y la ambigüedad, instrumentos de los que se sirve en toda su producción.
 
Estreno para público y prensa: sábado 18 de enero a las 22hs
Funciones: sábados a las 22hs.
Domingos a las 20hs.
El Camarín de las Musas: Mario Bravo 960
Reservas: 4862 0655
Entrada general: $100
Estudiantes y Jubilados: $70
+info:
 
 
 
Ficha Artístico Técnica
Dramaturgia: Harold Pinter
Elenco
José María López
Santiago Caamaño
Federico Tombetti
Diseño de iluminación: Félix "Chango" Monti
Diseño de escenografía: Marcelo Salvioli
Diseño de vestuario: Agustín Alezzo y Andrea Lambertini
Asistencia de dirección: Germán Gayol 
Prensa: Simkin y Franco
Diseño gráfico y fotografía: Ramiro Gómez
Traducción de textos: Federico Tombetti 
Dirección: Agustín Alezzo
 
 
 
Propuesta artística, criterios dramatúrgicos y de puesta en escena
“La obra fue escrita por Harold Pinter en 1959 y significó su primer éxito, instalándolo definitivamente como el autor inglés más importante de la segunda mitad del siglo XX y sin duda igualmente a escala mundial.
Pinter es un creador de mundos cerrados, de atmósferas enrarecidas, dentro de las cuales los personajes desnudan sus instintos más primitivos a través de conductas feroces por momentos, nunca en forma convencional.
La mirada sobre las situaciones nos ubica en ángulos que nos sorprenden, a partir de un suceso trivial, aparentemente cotidiano, para introducirnos lenta pero inexorablemente en las profundidades de un infierno, donde se ponen en evidencia aspectos externos de nuestra naturaleza.
En esta obra enfrenta a un ser generoso, triste y amable, disminuido mentalmente, con la personalidad de un desclasado que supone que tiene legítimo derecho a todo aquello que se le ofrece.
Arrogante e intrigante, busca por todos los medios lograr hacer suyo el lugar que le permitiría adquirir la seguridad ansiada.
Algunos temas constantes de Pinter se hacen presentes en “El cuidador”: el peligro que siempre aparece desde el exterior, transformándolo todo; el problema de la identidad; la violencia a la que estamos expuestos y que a la vez ejercemos en defensa propia ante el intento de avasallamiento externo y los peligros del fascismo cotidiano.
Nos muestra a sus personajes frágiles, en su esencial desnudez. En las situaciones campea el humor, la violencia, la ironía y la ambigüedad, instrumentos de los que se sirve en toda su producción, que se caracteriza por ser original y no teme experimentar con nuevas formas y técnicas dramáticas.
Para Pinter no hay contradicción entre la sumisión estricta al realismo y la absurdidad básica que ese realismo le inspira.
Confiesa:”Lo que intento es obtener esa reconocible realidad de la absurdidad de lo que hacemos, del modo en que nos comportamos y del modo en que hablamos. Todo es cómico hasta que emerge a la superficie el horror de la situación humana. En nuestro mundo de hoy todo es incierto y relativo. No hay puntos de apoyo. Estamos rodeados de lo desconocido, y el hecho de estar abocados a lo desconocido nos conduce al próximo paso que manifiesto en mis obras: se crea cierto horror y creo que este horror y lo absurdo de nuestras conductas son inseparables.
 
A través de la puesta en escena, intentaré que los puntos de vista que expone Pinter se manifiesten con claridad e intensidad, mediante el  encare de los personajes y las situaciones. Es decir, a través de la actuación con los elementos técnicos con los que cuente; y de la colaboración inestimable de los creadores que se harán cargo de los aspectos visuales, sonoros y luminotécnicos.
Intentaré una vez más ser fiel a lo que, a mi entender, debe ser el primer deber de un director: elegir una obra por considerar que el pensamiento motor de la misma lo comparte y por lo tanto, lo expresa, y debe en su tarea poner todo a su servicio para que ese pensamiento aparezca profundamente iluminado y llegue al público, conmoviéndolo”.
 
Agustín Alezzo
 

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