EL CUIDADOR
Dirigida por Agustín Alezzo
Creador de mundos cerrados y
atmósferas enrarecidas, donde los personajes
desnudan sus instintos más primitivos,
el
dramaturgo británico Harold Pinter
escribió El Cuidador en 1959. Este
clásico lo instaló
definitivamente como el autor inglés más
importante de la segunda mitad del siglo XX a
escala mundial
y en el 2005 recibió el Premio Nobel de
Literatura.
Dirigida por el consagrado
Agustín Alezzo, la pieza
enfrenta a un ser generoso, triste y amable, y
disminuido mentalmente, con la personalidad de
un desclasado quien supone tener legítimo
derecho a todo aquello que se le ofrece.
Arrogante e intrigante, busca por
todos los medios acceder al lugar donde cree que
encontrará la
ansiada seguridad.
Algunos temas constantes en la
obra de Pinter, también se hacen presentes en
El Cuidador: el peligro que siempre
aparece desde el exterior, transformándolo todo;
la violencia a la cual estamos expuestos y a la
vez ejercemos en defensa propia ante el intento
de avasallamiento; el problema de la identidad y
la amenaza del fascismo cotidiano.
En las situaciones campea el
humor, la violencia, la ironía y la ambigüedad,
instrumentos de los que se sirve en toda su
producción.
Estreno para público y prensa:
sábado 18 de enero a las 22hs
Funciones:
sábados a las 22hs.
Domingos a las 20hs.
El Camarín de las Musas:
Mario Bravo 960
Reservas:
4862 0655
Entrada general:
$100
Estudiantes y Jubilados:
$70
+info:
Ficha Artístico Técnica
Dramaturgia:
Harold Pinter
Elenco
José María López
Santiago Caamaño
Federico Tombetti
Diseño de iluminación:
Félix "Chango" Monti
Diseño de escenografía:
Marcelo Salvioli
Diseño de vestuario:
Agustín Alezzo y Andrea Lambertini
Asistencia de dirección:
Germán Gayol
Prensa:
Simkin y Franco
Diseño gráfico y fotografía:
Ramiro Gómez
Traducción de textos:
Federico Tombetti
Dirección:
Agustín Alezzo
Propuesta artística, criterios dramatúrgicos y
de puesta en escena
“La obra fue escrita por Harold Pinter en 1959 y
significó su primer éxito, instalándolo
definitivamente como el autor inglés más
importante de la segunda mitad del siglo XX y
sin duda igualmente a escala mundial.
Pinter es un creador de mundos cerrados, de
atmósferas enrarecidas, dentro de las cuales los
personajes desnudan sus instintos más primitivos
a través de conductas feroces por momentos,
nunca en forma convencional.
La mirada sobre las situaciones nos ubica en
ángulos que nos sorprenden, a partir de un
suceso trivial, aparentemente cotidiano, para
introducirnos lenta pero inexorablemente en las
profundidades de un infierno, donde se ponen en
evidencia aspectos externos de nuestra
naturaleza.
En esta obra enfrenta a un ser generoso, triste
y amable, disminuido mentalmente, con la
personalidad de un desclasado que supone que
tiene legítimo derecho a todo aquello que se le
ofrece.
Arrogante e intrigante, busca por todos los
medios lograr hacer suyo el lugar que le
permitiría adquirir la seguridad ansiada.
Algunos temas constantes de Pinter se hacen
presentes en “El cuidador”: el peligro que
siempre aparece desde el exterior,
transformándolo todo; el problema de la
identidad; la violencia a la que estamos
expuestos y que a la vez ejercemos en defensa
propia ante el intento de avasallamiento externo
y los peligros del fascismo cotidiano.
Nos muestra a sus personajes frágiles, en su
esencial desnudez. En las situaciones campea el
humor, la violencia, la ironía y la ambigüedad,
instrumentos de los que se sirve en toda su
producción, que se caracteriza por ser original
y no teme experimentar con nuevas formas y
técnicas dramáticas.
Para Pinter no hay contradicción entre la
sumisión estricta al realismo y la absurdidad
básica que ese realismo le inspira.
Confiesa:”Lo que intento es obtener esa
reconocible realidad de la absurdidad de lo que
hacemos, del modo en que nos comportamos y del
modo en que hablamos. Todo es cómico hasta que
emerge a la superficie el horror de la situación
humana. En nuestro mundo de hoy todo es incierto
y relativo. No hay puntos de apoyo. Estamos
rodeados de lo desconocido, y el hecho de estar
abocados a lo desconocido nos conduce al próximo
paso que manifiesto en mis obras: se crea cierto
horror y creo que este horror y lo absurdo de
nuestras conductas son inseparables.
A través de la puesta en escena, intentaré que
los puntos de vista que expone Pinter se
manifiesten con claridad e intensidad, mediante
el encare de los personajes y las situaciones.
Es decir, a través de la actuación con los
elementos técnicos con los que cuente; y de la
colaboración inestimable de los creadores que se
harán cargo de los aspectos visuales, sonoros y
luminotécnicos.
Intentaré una vez más ser fiel a lo que, a mi
entender, debe ser el primer deber de un
director: elegir una obra por considerar que el
pensamiento motor de la misma lo comparte y por
lo tanto, lo expresa, y debe en su tarea poner
todo a su servicio para que ese pensamiento
aparezca profundamente iluminado y llegue al
público, conmoviéndolo”.
Agustín Alezzo
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