martes, 30 de septiembre de 2014

SPREGELBURD inedito La INAPETENCIA. ESTRENO en ARGENTINA

LA INAPETENCIA
de Rafael Spregelburd
Un ama de casa conservadora -con los clásicos prejuicios morales sobre la familia, los hijos y el deseo- intenta  no quedarse afuera de ciertas prácticas sexuales  que supone habituales en su entorno más cercano integrado por su marido, su hijo y sus amigas.
El deseo sexual y la familia, la comida (como metáfora de ese deseo), la oposición entre lo antiguo y lo moderno, lo viejo y lo nuevo, son los temas principales de La inapetencia, esta obra inédita en el país del prolífico y multifacético Rafael Spregelburd.
Con un tono desopilante y absurdo queda expuesto el mecanismo de funcionamiento del sentido común: hay algo que se debe desear y algo que se debe decir pero el plato que tanto parece tentar, finalmente, nadie lo come.
La inapetencia fue estrenada sólo en Europa y por primera vez se monta y estrena en Bs As.
 
Estreno para público y prensa: Sábado  4 de octubre 21hs.
Funciones: Sábado 21 hs.
Teatro "La Carbonera": Balcarce 998, esquina Carlos Calvo, San Telmo, CABA.
Reservas: 4362 2651
Entrada general: $100
Estudiantes y jubilados: $70
 
Síntesis argumental
La Sra. Perrotta siente que no puede quedarse afuera de las prácticas que en su entorno se están volviendo tan cotidianas. Su marido, sus amigas y su hijo mayor están sumergidos en el mundo del sadomasoquismo y lo practican con frecuencia, o por lo menos así lo cree ella. Luego de fracasar en el intento de incurrir en este mundo, la angustia por sentirse marginada se le mezclará con deseos frustrados de ser feliz con su hija, la humillación de parte de sus jóvenes amigas y una discusión familiar llena de reproches a su figura materna.
La inapetencia pone sobre la mesa dos temas fundamentales, el sexo y la familia. ¿No es acaso el deseo una construcción cultural? En esta obra la carnada es llevada al extremo: Sadomasoquismo, orgías, sexo con dolor. Los personajes parecen exhibir mucho sus fantasías y deseos pero parecen estar deshabitados de verdadera pasión. Con tono desopilante y absurdo, queda expuesto el mecanismo de funcionamiento del sentido común. Hay algo que se debe desear y hay algo que se debe decir, pero el plato que tanto parece tentar finalmente nadie lo come. Con respecto a la familia, no queda más que resignarse ante la imposibilidad de formar una familia tipo, una hija que se va en busca de una causa noble que nunca encontró en su núcleo familiar y un marido que no encontró una buena manera de resolver sus deseos. Los ideales quedan reducidos, esta vez, un capricho de la hija adolescente.
 
 

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